sábado, 16 de enero de 2010

APOCALIPSIS CETÁCEO




El horror y a la vez la belleza surrealista de esta escena me captura.
Miles de ballenas han aparecido embarrancadas en diversas playas de Nueva Zelanda. Esos gigantescos cuerpos inertes y estáticos que yacen sobre la arena, con el brillo ahora seco y mate de su negra piel, otrora lustrosa y resbaladiza. Miles de carcasas extendiéndose hasta donde alcanza la vista, cubriendo el horizonte con su silencio mortuorio bajo la eternidad del cielo gris.


El fin de una era parecen anunciar.


 La asfixia y el aplastamiento pulmonar debido al peso de su propio cuerpo fuera del elemento acuático es la causa médica de su defunción...
...respecto a qué impulsa a las ballenas a dirigirse tan cerca de la costa como para hacer peligrar su propia vida, hay 3  hipótesis:





Una la del suicidio colectivo.


Otra la de la confusión creada por radares, pruebas nucleares submarinas y otros favores dispensados generosamente por la tecnología humana.


 Otra la de haber sido guiadas por un lider enfermo y desorientado.


En todos los casos, las circunstancias de estos cetáceos recuerdan mucho a la de otro grupo de mamíferos cuyo elemento no es el mar.





Estas imágenes por un momento me han transportado a esa lejana playa cubierta de cadáveres. He sido ballena, descomponiéndome junto a miles de congéneres, y esto ha sido lo último que he visto a mi alrededor, antes de abandonar definitivamente el presente rincón dimensional:



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