EL GATO DEL DIBUJANTE (4/1/2021)

EL GATO DEL DIBUJANTE
Que es como el de schrödinguer pero en sociológico.
Les explico: yo suelo ir a dar de comer a los gatos que rondan el viejo faro del puerto de Tarragona. Hay uno, al que yo llamo "El capitán", tuerto, con la cola partida y una oreja mordisqueada y llena de agujeros a la que le falta la punta. Una especie de Blas de Lezo en versión felina. Ese gato ha estado en mil batallas y las ha sobrevivido todas. Tanto es así que cuando echas la comida, el primero que se mete las croquetas entre pecho y espalda es él, y ay de quien intente saltarse el escalón jerárquico. El viejo capitán le quita las ganas al insolente en cuestión de un zarpazo, curtido bajo 1000 reyertas que avalan su contundencia.
Pues bien, aprendí con el tiempo a evitar aglomeraciones y disputas entre los miembros beta, separando la comida por montoncitos a medio metro de distancia cada uno, para que todos merienden contemporáneamente y sin el estrés de los turnos y la territorialidad. Que un leader por méritos mueva el cotarro no sólo es natural y necesario en toda especie desde un punto de vista de supervivencia de la comunidad, es de hecho reclamado por los propios miembros de dicha comunidad, lo cual no significa que todos no puedan tener su espacio e iguales derechos, o que dicho miembro "Alfa" abuse de su posición. El experimento demuestra que sólo hace falta organizar dichos espacios para que la cosa rule sin mayores problemas, porque donde están las necesidades cubiertas ni siquiera un leader de manada tiene nada que imponer o reclamar. Los animales no tiranizan, oprimen o destruyen por ambición jerárquica, sólo procuran su sustento y la territorialidad responde a esa necesidad por la que desarrollan su potencial de liderazgo si hace falta. Ese liderazgo nunca tiene como objetivo acumular sino mantener un equilibrio del cual hasta el más enclenque de la manada termina beneficiándose, incluso a través de la propia extinción. Algo tan sencillo como eso ha sido desnaturalizado en el género humano. Por eso las personas se corrompen bajo cientos de teorías supuestamente sociales que han terminado siempre en tiranía, y los animales no.
En la foto "El capitán".