domingo, 23 de junio de 2024

Bhagavad Gita

"Un sabio no se lamenta por los que viven ni tampoco por los que mueren. La vida y la muerte no son diferentes. Siempre hemos existido, tanto yo como tú, como esos reyes, y existiremos por siempre y para siempre. Así como aquel cuya alma experimenta la infancia, la juventud y la vejez, sin verse afectada por las mutaciones de este cuerpo, así también tomará otro cuerpo después de la muerte. ¡Oh, Arjuna! El mundo de los sentidos nos produce sensaciones de frío y de calor, de placer y de dolor. Todas estas sensaciones vienen y se van, son transitorias. ¡Sopórtalas con coraje, alma vigorosa! El hombre que no sufre por los sentidos, ni por el placer ni por el dolor, es capaz de lograr la inmortalidad. Lo transitorio y perecedero nunca ha existido. Lo eterno, lo imperecedero, nunca ha dejado de existir. Con certeza, esta verdad sólo la han podido entender los auténticos buscadores de la esencia de las cosas. El Espíritu es indestructible e imperecedero, todo lo penetra. Nadie puede destruir ese ser inmutable. A pesar de que estos cuerpos tendrán un fin, habita en todos estos cuerpos, mas está más allá del tiempo: el Espíritu es inmortal e infinito. Así pues, ¡Lucha, noble guerrero! El Espíritu nunca nace y nunca muere: es eterno. Nunca ha nacido, está más allá del tiempo; del que ha pasado y el que está por venir. No muere cuando el cuerpo muere. Cuando un hombre reconoce el Espíritu como no nacido, imperecedero inmutable e indestructible, ¿cómo podría este hombre matar o ser asesinado? Así como un hombre se quita un vestido viejo y se pone otro nuevo, el Espíritu abandona su cuerpo mortal para tomar otro nuevo. Permanece en paz, tanto en el placer como en el dolor, tanto en la victoria como en la derrota, tanto si ganas como si pierdes. En este camino no hay ninguna pérdida, ni existe posibilidad de desgracia. Hasta el más mínimo progreso supone liberación de tus miedos. La determinación es el único pensamiento que debe ocupar la mente de quien anda este camino. La mente de quienes no tienen determinación desvaría perturbada por un torrente de pensamientos. Ve más allá de las posesiones terrenales y las ganancias. Recupera tu propia Alma. Concentra tu mente en tu trabajo, pero nunca permitas que tu corazón se apegue a los resultados. Nunca trabajes por amor a la recompensa pero tampoco te entregues a la inactividad. Tu salvación está en la sabiduría. Desgraciados son aquellos que trabajan por una recompensa. La sabiduría conduce al hombre más allá de lo bueno y lo malo. Los sabios que conocen la verdadera sabiduría ejecutan su trabajo sin apego por la recompensa. Y libres así de la esclavitud del nacimiento, obtienen con seguridad la salvación. Cuando tu mente está confusa por tantas escrituras contradictorias, concéntrala en la contemplación divina. Quien no se regocija en la fortuna y los bienes materiales, ni se entristece en el infortunio y la enfermedad, aquél que donde quiera que esté está libre de ataduras, sin duda ha logrado la comprensión verdadera". (Bhagavad Gita)

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