Craig
Hacia mediados de los 70 se empieza a consolidar un movimiento creativo, concentrado mayoritariamente en la costa oeste de U.S.A, más concretamente en el estado de California, que podría tener sus raíces en el "POP ART" desarrollado precedentemente en la costa este del mismo país, ya saben, Andy Warhol y sus latas de sopas Campbell o sus Marilyns multicromáticas, Liechtenstein, que parasitó la estética del cómic sin variación ni escrúpulo, presentando viñetas en formato cuadro etc.
Y a Liechtenstein le tengo tirria en concreto, ya que se abrió paso por la demagógica selva de las galerías artísticas de Nueva York desmenuzando imágenes del arte secuencial, y consiguió crear un producto supuestamente D.O.C. considerado "Fine Art" (Arte mayor), desdeñando sin embargo la procedencia. A ninguno de esos pseudo-intelectuales de galería cantamañanera chic les picó mínimamente la curiosidad respecto a las características artísticas y culturales del cómic ni siquiera pagando millones de dólares por adquirir la trasposición de una viñeta a lienzo, tal ha sido y continua siendo la banal mirada que el arte secuencial ha merecido a lo largo del siglo XX a estos efectos.
Y es precisamente con esta subestima que, retomando el inicio del artículo, evoluciona de estos ambientes sesenteros lo que inicialmente se denominaría "lowbrow" o dicho en cristiano "arte menor", o arte de menos calidad. Así, sin escrúpulos, hablando en plata. Este término etiquetaba a todas aquellas obras y artistas que utilizaban la técnica pictórica para plasmar temáticas más o menos oníricas y psicotrópicas, a menudo a través de la estética del cómic underground, estética ésta deformada como digo por el filtro fantasmagórico y mental de la iconoclastia, el sufrimiento mental o el consumo de ácidos heredado de los tiempos del "amor libre", el peace and love trasnochado. O al menos así venía visto este colectivo desde las altas esferas del "Fine Art" de galería.
(portada de la revista NSLM, "NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS", editada por MAX)
Robert Williams y su revista "juxtapoz" empiezan a forjar el término y a crear un nuevo mercado apartado del arte convencional que movía millones, para ir abriendo progresivamente las puertas de estos artistas a las galerías de los señoritos de alto standing que en busca de eso precisamente, novedad e iconoclastia, empezaron a dejar de mirar con tan malos ojos estas expresiones del subconsciente de sabor comiquero y underground, sobretodo cuando los críticos comedólares de turno dieron en formalizar su relación con el fenómeno bautizándolo con un nombre ya más serio, digno y comercial: El Surrealismo Pop.
...Y así llegamos a nuestros días, en el que el fenómeno se extiende y una nueva teta de la que mamar en nombre del arte parece ya más que oficial.
Naturalemente la mayoría de sus creadores de moda, los más aclamados del gremio, renuncian a ser etiquetados a un movimiento artístico contemporáneo que teóricamente viene de "los bajos culturales", ya que a parte de cerrarles eso puertas a determinados ambientes de compra-venta, no está bien visto para quien aspira un día a ser admitido en el olimpo de los Artistas con "A" mayúscula. Pero las malditas etiquetas le persiguen a uno como fantasmas del pasado, y es de justicia no condenar al cien por cien un mecanismo de reconocimiento al que en sus tiempos, en el ascenso y cuando convino, fue más que esgrimido por sus discípulos, que eso de poner un nombre a la propia obra, cuando aun no se está consagrado, no sabe tan agrio. ya saben como funciona.
A continuación una pequeña selección de algunos de los actuales exponentes internacionales del Surrealismo Pop, y luego a la cama. Seguro que más de uno tendrá pesadillas.
ERIC WHITE
Afincado en Nueva York, es uno de los príncipes de este movimiento, del cual él personalmente seguro que se desentiende. Uno de los artistas con mayor aceptación por parte del "Fine Art" system. Quizás tenga que ver con la relativa distancia a la estética de cómic underground, más próximo al surrealismo Daliniano puro y duro. Sus pinturas adornan las salas de estar de estrellitas del cine como Di Caprio, Vigo Mortenssen o el director Peter Farrelly entre otros, y tienen un saborcillo atmosférico a el Hollywood de los 40 casi todas ellas.
Ex miembro de una popular banda rock americana (curiosamente muchos de los exponentes del surrealismo pop compaginan la pintura con la música rock, baterías en concreto).
Chris Mars se recrea en la fealdad, la soledad y la desesperación de sus personajes, intentando según él hacer aflorar la inofensiva inocencia de su condición, a menudo ignorada y mutilada por su desagradable aspecto.
Holandesa, influenciada por el universo de Lewis Carrol,le gusta representar elementos relacionados con su infancia antropomorfizados y así rescatados de su inercia, tales como juguetes olvidados, polos de fresa mordisqueados, galletitas y otras golosinas, pasados por ese filtro inquietante y oscuro típico del género
Otro de los exponentes más cotizados del Surrealismo Pop, afincado en Hollywood a lo grande, compagina su trabajo mayoritariamente publicitario con estas visiones perversas del Disney o el Tex Avery de finales de los 30, principios de los 40, en las que insufla una sexualidad morbosa a figuras que evocan nuestra infancia a través de los orígenes del dibujo animado.
Alemán, afirma que su principal fuente de inspiración es la naturaleza y los animales, aunque no descarta la representación rancia de la sociedad a través de figuras híbridas de viejos caballeros u obispos, a menudo utilizando tonos grises para evocar la atmósfera de una antigua fotografía.
Uno de los muchos exponentes españoles del movimiento, operativo en Barcelona, alias "Mágicomora" con el que firma performances y cortometrajes. Se dice influenciado entre otros por dibujantes de cómics uderground como Robert Crumb, músicos como David Bowie, cineastas como Tim Burton o programas de TV generacionales como la mítica "La Bola de cristal". Tuve el placer de discutir con él a través del canal de arte "Deviant Art" los prohibitivos precios de sus obras.
Chileno afincado en Barcelona, la definición de su obra es prácticamente la declaraciçon de principios de lo que se ha dado en llamar el Surrealismo Pop, un híbrido entre cómic, caricatura y pintura tradicional. Sus estremecedoras figuras de cuencos vacíos evocan a más de un personaje de los que nos han hecho la vida imposible en alguna que otra pesadilla estiva o de mala digestión.
Amigo y colaborador de la revista DELIRÓPOLIS: Surrealismo y Arte secuencial, este genial dibujante y pintor australiano es uno de los más prometedores exponentes del arte onírico que tengo el honor de conocer. Áboles de tortuosas ramas, glándulas pineales, edificios sudorosos y dentaduras con paletas separadas son algunos de sus fetiches recurrentes. qué no daría por entrar 5 minutos en su mente. Por cierto, este magnífico ejemplar adorna la sala de estar de mi piso de alquiler.
Y para cerrar el tema añado un par de ejemplos propios que los expertos califican de "Surrealismo Pop", aunque para mí representen un simple ensayo de transposición de cómic a técnicas pictóricas. Sin ir más lejos la cabecera de éste, mi querido blog "El Perro Eléctrico":
o este boceto a photoshop que en un futuro próximo planeo plasmar en óleo sobre lienzo, como el ejemplo anterior:
Si alguien está interesado en el tema recomiendo "Los colores del Underground" de Joan S. Luna, editado por Astiberri.
...que ustedes duerman a gusto.
excelentísimo post, facinado y agradecido
ResponderEliminargracias a usted por haberlo leído. encantado y esta es su casa ;)
ResponderEliminarbuen post
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