2 años hablando de este ministerio de la verdad, sometidos a persecución y exterminio en nuestros perfiles y redes sociales. Por fin la prensa empieza a hacerse eco.
Newtral es la productora de El Objetivo, el programa de Ana
Pastor en LaSexta. Maldita.es, se trata de una web dirigida por Clara Jiménez
Cruz y Julio Montes, dos periodistas también vinculados con LaSexta. Pues bien,
ambas entidades, junto a EFE Verifica, --como todos sabemos EFE es la agencia
gubernamental de noticias en España--, se han arrogado el papel de vigilantes
de la veracidad de las noticias que circulan por las redes. WhatsApp recomienda
acudir a Newtral, Maldita.es y EFE Verifica para consultar si los datos que
recibimos por WhatsApp son auténticos. Por su parte Facebook ha anunciado que
estas entidades directamente revisarán y evaluarán la exactitud del contenido
en Facebook publicado en español. También Google ha incluido a Maldita como
plataforma de coordinación en Europa para ayudar a reducir la difusión
perjudicial de información falsa. Debemos además añadir a RTVE que también se
ha sumado a la terea de decirnos qué es verdad y qué es mentira con su campaña
“Desmentimos los bulos del coronavirus en redes”. En definitiva, no hay que ser
muy listo ni perspicaz para llegar a la conclusión de que los autoproclamados
verificadores de contenidos son a la vez juez y parte.
Esta “moda” del bulo ha sido impulsada por la International
Fact-Checking Network (IFCN), Red Internacional de Verificación de Datos, que
supuestamente pretende promover las buenas prácticas periodísticas evitando la
difusión de lo que han llamado fake-news. La IFCN es un proyecto del Instituto
Poynter para Estudios Mediáticos que fue creada en 2015. En los últimos años,
el Instituto Poynter ha obtenido subvenciones de entidades como Google,
MacArthur Foundation, Bill and Melinda Gates Foundation, Carnegie Foundation,
la Open Society Foundations y Omidyar Network.
Destacan los 1,3 millones de dólares que Open Society
Foundations y Omidyar Network dieron al Instituto Poynter para desarrollar la
creación de su red de verificación de datos. A estas alturas a todos les sonará
la Open Society Foundations, manejada por ese gran amigo de la verdad que es
George Soros. Omidyar Network, es un proyecto del empresario Pierre Omidyar,
fundador de eBay, otro multimillonario partidario de la agenda mundialista,
bien relacionado con Hillary Clinton, Obama y el complejo
industrial-armamentístico de EE.UU. Entre otras actividades ha patrocinado The
Intercept , una publicación que ha difundido documentos sustraídos por Edward
Snowden. En 2018 lanzó la plataforma Luminate que ha repartido 314 millones de
dólares para financiar proyectos periodísticos en todo el mundo.
¿Adivinan cuáles son las entidades españolas que forman
parte de la Red Internacional de Verificación de Datos promovida por el Poynter
Institute? Efectivamente, han acertado, EFE Verifica, Maldita.es y Newtral.
La oligarquía mundialista controla los principales medios de
comunicación y las plataformas de entretenimiento, instrumentos esenciales para
moldear a su gusto las sociedades y crear su nueva civilización. En 2016
Reporteros Sin Fronteras ya denunció la concentración mediática en manos de
magnates ajenos al tradicional mundo periodístico, así ponían como ejemplo
EE.UU, donde en 1983 unas 50 compañías controlaban el 90% de los medios de
comunicación estadounidenses, pero en 2011 no eran más de 6. Ahora quieren
controlar también las redes sociales y reducir las posibilidades que internet
brinda a la difusión de opinión independiente. Como este pluralismo ha venido a
fastidiar a los fabricantes de opinión y perjudica los planes de la agenda
mundialista, con la disculpa de controlar los bulos, lo que se pretende es
silenciar las voces críticas.
En España, el descarado sectarismo ideológico de los
verificadores, en realidad aspirantes a inquisidores del tres al cuarto, ha
destapado su burda maniobra para proteger al gobierno del PSOE y Podemos de las
críticas por su desastrosa gestión de la crisis del coronavirus. Se trata de
falsificar la realidad, mezclando la denuncia de bulos que efectivamente corren
por las redes con el desprestigio de noticias y análisis auténticos, para “newtralizar”
la mala imagen del gobierno.
No, no es la fórmula directa del totalitarismo que George
Orwell describió en “1984”, la que va a acabar con nuestras libertades, será la
insidiosa tiranía mundialista que Aldous Huxley retrató en su “Un mundo feliz” ,
la que nos haga esclavos sin darnos cuenta. Los medios de comunicación y
entretenimiento son esenciales para reducirnos a peleles sin pensamiento propio
y el disidente, no va a terminar en un campo de concentración o ante el pelotón
de fusilamiento, como en “1984”, acabará aislado de la sociedad y rechazado por
las masas, como en “Un mundo feliz”.
(Matías Requesens)