Peret que buscaba a la muerte

Hoy 24 de diciembre, fatídica fecha por varios motivos ( y ahora uno más) , hace un año que el compañero y Enorme poeta visual José Luis Zaragoza "ZAR" nos dejó...

...nos dejó con este maravilloso album metafóricamente autobiográfico que es "Peret que buscaba a la muerte".

Empezó a ser dibujado allá por el 2006, y publicado por entregas, irregulares como la misma, en la revista "DELIRÓPOLIS: Surrealismo y Arte secuencial".

 En el salón del cómic de Barcelona 2007, los editores de "Diábolo ediciones", responsables de que la póstuma obra de arte ya se encuentre en todas las librerías, no dudaron ni un segundo de la calidad de esta historia, narrada con el singular e irrepetible trazo del amigo Zaragoza.

Ahora a distancia empiezo a sospechar que José Luis dilató voluntariamente los tiempos de realización, y su obra quedó inconclusa técnicamente justo en el punto en que él lo deseaba, en medio de un océano oscuro y embravecido que parecía silbar "Quiero tu vida, marinero".

Así contemplaba la vida Zaragoza, demasiado hostil e inútilmente ajetreada para alguien como él, que apreciaba como nadie el silencio si no había nada que decir.

...y parece que los tiempos fueran deliberadamente ensanchados hasta el  momento exacto en el que, como el propio Peret, estuviera preparado para reencontrarse con su padre, tras una búsqueda paralela a la de su personaje.

Empiezo a adivinar que el amigo Zaragoza conocía con exactitud el ritmo narrativo, y las pausas temporales que él quiso imprimir a la evolución de su obra y de los últimos años de su vida, con una asombrosa sincronía en que la realidad y la ficción se entrelazaron. y bien consciente dejó tras de sí algunas páginas claves entintadas, dejando a boceto sólo aquello que fuera suficente para confeccionar formalmente la historia, cuyo desenlace sí estuvo siempre bien definido. y esa perfecta sincronización e intuitiva previsión es la que ha dado forma, con los retazos de su amigo Hugo Prades, al presente volumen.

Obra indispensable para cualquier amante de la poesía, la prosa, el arte secuencial, el cine, la filosofía y todo lo que nos una como seres humanos, la nostalgia, la pérdida, el triunfo, la derrota, el miedo y la paz interior.

Hoy hace un año que nuestro amigo José Luis Zaragoza nos dejó con este regalo de incalculable valor, que contiene unas huellas a seguir, que de alguna manera nos abre serenamente el camino hacia ese lugar oculto y desconocido que tanto nos atemoriza, pero que está aquí cerca, al otro lado del espejo.